Hasta hace pocos años los lugareños se referían al sitio como la Cueva del Indio, pero cuando se empezaron a encontrar más conjuntos con pinturas, en una especie de vallecito, al iniciar las exploraciones arqueológicas se comenzó a utilizar este nombre para referirse a todo el sitio y así prevaleció la designación.
Localizado a 1,300 m. s.n. m., y con más de 23 conjuntos de pinturas y petrograbados en los que las figuras antropomorfas son esquemáticas y geométricas del denominado estilo La Rumorosa, se localiza la zona arqueológica "El Vallecito". En la zona existe todavía un bosque de pinos piñoneros que en verano era explotado por los Kumiai de la región, sin embargo la riqueza de los bosques de piñones va más allá, pues se encuentra en una zona de transición con vegetación de chaparral y al norte con vegetación típica del desierto, lo que les proporcionaba una cantidad considerable de alimentos a sus antiguos moradores. Este alimento debió de haber sido suficiente como para que durante esa época se reunieran muchas familias y se llevaran a cabo celebraciones, intercambios y rituales mágico-religiosos. De los 23 conjuntos con pinturas y petrograbados solamente cinco son los que están abiertos al público, mismos que se visitan en un recorrido en un sendero temático de alrededor de 2 kilómetros, Estos se visitan en el siguiente orden: Conjunto Tiburón, Conjunto del Solsticio o el Diablito, Conjunto el Hombre Enraizado, La Cueva del Indio y Conjunto de Los Solecitos o Wittinñur.
Para llegar al sitio se toma la Carretera Federal No. 2 (Tijuana-Mexicali), desviándose en el entronque del kilómetros 73.5, con dirección al norte, a la altura del Restaurante El Chipo. Cruzando el puente de la Autopista No. 2D, inicia una terracería que a poco más de un kilómetro adelante lleva al acceso del sitio. También se puede acceder por la Autopista No. 2D (Tijuana-Mexicali), tomando la misma terracería que lleva al acceso.
Museo de sitio y visitas guiadas; palapas, asadores y sanitarios; área para acampar y estacionamiento.
Llevar agua para hidratarse, ropa cómoda y en invierno abrigadora debido a la presencia de nevadas, calzado para caminata, protección solar. Durante el recorrido seguir los senderos guía en todo el trayecto. No dañar la pintura rupestre tocándola o tomando fotos con flash. No dañar la flora y fauna del lugar.
El topónimo de esta Sierra se relaciona con el nombre de un “Pueblo de Visita”, pequeña capilla temporal fundada en la parte más alta de estas montañas y que estaba bajo la jurisdicción de la Misión Jesuita de San Ignacio Kadakamaang.
La importancia de la Sierra de San Francisco radica en las numerosas pinturas rupestres del estilo “Gran Mural” que concentra, especialmente en 12 espectaculares cañones intermontanos. Gracias a la naturaleza geológica de las montañas y al clima seco, su estado de conservación es muy bueno, encontrándose a veces enormes paneles con cientos y aun miles de figuras pintadas en vivos colores. El estilo es esencialmente realista y está dominado por figuras humanas y fauna terrestre y marina diseñados en rojo, negro, blanco y amarillo. Abundan también los sitios de petrograbados. El arte rupestre es tan solo uno de los elementos que conforman este extraordinario y ancestral paisaje cultural. La investigación arqueológica de estas pinturas rupestres permite postular que conforman un segmento de la cultura material, un metalenguaje, rasgo distintivo legitimado que representa la utilización simbólica de determinados elementos de la realidad y muestra cómo las sociedades indígenas percibieron los fenómenos que acontecían en su mundo y la manera como los ordenaron y representaron; así, la iconografía expresada en el arte rupestre constituye un capital simbólico que fue relevante para los procesos de construcción visual de las identidades sociales de estos grupos. El arte rupestre de la Sierra de San Francisco representa una tradición cultural que se desarrolló a lo largo de milenios; fechamientos de las pinturas han dado una antigüedad de por lo menos 7500 años A.P. Cuando la población indígena fue eliminada, los sitios permanecieron intactos, hasta fines del siglo XIX, época del repoblamiento de las montañas. La integridad de los sitios rupestres y su entorno han mantenido un altísimo porcentaje de sus condiciones primigenias debido a circunstancias relacionadas con el aislamiento y baja densidad de población que impera en la región.
Es necesario reservar y planear la visita a los cañones, con anterioridad.
Se ingresa por el camino a San Francisco de la Sierra, en lo alto de las montañas, o por el que conduce al meridional Valle de Santa Martha. Las pinturas rupestres están lejos de estos pueblos y se requiere pernoctar en los cañones al menos tres días; en la sierra sólo existen “caminos de herradura”, es por esto que es necesario rentar bestias de monta y carga para el traslado de las personas, el equipo y los alimentos. Esta peculiar logística requiere una planeación previa y puntual de las expediciones, reservar el espacio de acampado y avisar con anticipación a los guías-arrieros de la Sierra. Esto se hace a través del Modulo de Información ubicado en San Ignacio, BCS, el pueblo más cercano a la sierra.
En el Módulo de Información se canaliza a los visitantes en distintos Niveles de Visita. El Sistema de Reservaciones permite la planificación de las expediciones y el control del acceso a los cañones. Cuenta con sanitarios y una Sala de Exposición fotográfica donde se muestra una panorámica de la arqueología de la Sierra de San Francisco y la reproducción de un sector de Cueva Pintada, uno de los sitios más emblemáticos. En los poblados de donde parten las expediciones se asigna a los guías-arrieros encargados de “guiarlas”, así como a los custodios del INAH que fungirán como supervisores y apoyo en Visitas de Nivel III, de mayor grado de dificultad.
La SSF es una región aislada y carece de caminos. Visitar los sitios más relevantes requiere transitar caminos de herradura, a lomo de mula o caminando, en este último caso, sólo que se tenga una muy buena condición física y saber sortear terrenos abruptos. Es necesario acampar.
Su nombre tiene que ver con una suerte de seres imaginarios habitantes de los arroyos que eran conocidos como “Chanos”. Debido a la gran cantidad de representaciones del Dios de la Lluvia: Tláloc, que existen en la región, es muy probable que el nombre sea un recuerdo de los mitos que debieron acompañar a su devoción y culto.
Muy probablemente este sitio recibe el nombre de El Chanal, por la presencia en la actualidad de mitos que hablan sobre seres que habitan en las cercanías de los arroyos y que reciben el nombre de chanos, que son remembranza de los antiguos cultos a Tláloc, deidad que está ampliamente representada en la zona, principalmente sobre las gradas de uno de los basamentos que tiene grabados relieves de Tláloc y Ehécatl. Al interior de la zona abierta al público, la manifestación arquitectónica que quedó plasmada de los grupos que habitaron este importante sitio en época prehispánica, se ve representada por basamentos ceremoniales, plazas, altares, un juego de pelota y basamentos habitacionales. Gracias a los materiales encontrados: metal, cerámica plumbate, obsidiana y esculturas de Xipe Totec elaboradas en barro, parece que este sitio estuvo relacionado en su momento con la ciudad de Tula. Cronología: 1300 a. C. a 1400 d. C. Ubicación cronológica principal: Posclásico Temprano, 1100 a 1400 d. C.
La vía de acceso más común es la conocida como “el camino al Chanal”, el cual da inicio en la esquina NE de la plaza principal de la ciudad de Colima, la cual corresponde a la calle Venustiano Carranza misma que corre de sur a norte y cruzando las avenidas San Fernando, Felipe Sevilla del Río y el Tercer Anillo, donde a partir de este último, el camino cuenta con huellas de rodamiento, que los llevan hasta la entrada del poblado, que corresponde con la calle principal llamada Aniceto Castellanos; se recorre una cuadra y en la esquina se vira a la derecha para llegar a la Calle Bonampak y al fondo de esta está se encuentra el acceso al área abierta al público. Para los visitantes que lleguen a Colima por Guadalajara, tomar la desviación que dice Colima, para ingresar al Boulevard Camino Real y llegando a la desviación a Comala, se toma a la derecha que corresponde con la avenida denominada Tercer Anillo Periférico; después de recorrer poco más de tres kilómetros, se desvía nuevamente a la derecha para ingresar a la calle Venustiano Carranza, donde se encuentra el Colegio Ingles y por sus huellas de rodamiento se llegará al poblado El Chanal, como se mencionó en la descripción anterior. Para los visitantes que llegan a Colima por Manzanillo, existen muchas salidas que los conducen al Tercer Anillo Periférico, donde estando una vez en él, se busca virar hacia el norte sobre la calle Venustiano Carranza y de ahí hacia el poblado El Chanal.
Cuenta con visita guiada por parte del arqueólogo responsable de la zona, con una duración aproximada de 40 min. En el acceso de la zona, cuenta con un área en la que los visitantes al término de la visita, pueden descansar en un espacio techado, en donde se encuentra la taquilla.
Para los visitantes disfruten del recorrido, se recomienda llevar ropa cómoda de preferencia de camisa de manga larga, agua embotellada, sombrero u otro tipo de accesorio para cubrir la cabeza del sol, zapato de piso cerrado ya sea tenis o botas.
En tiempo de la colonial el lugar era conocido como “El potrero de la Campana”, refiriéndose a la forma trapezoidal del montículo principal del antiguo asentamiento antes de que fuera excavado, cuyo diseño era similar a la silueta de una campana. Existen datos que permiten sustentar que el nombre original del lugar fue “Almoloya”, lugar señalado en las fuentes históricas del siglo XVI como un asentamiento importante cercano al Templo de San Francisco de Almo Almoloyán, que se fundó a principios del mismo siglo con indígenas de la región.
La Campana es un sitio arqueológico perteneciente a la tradición Tehuchitlán, cuya característica principal son las tumbas de tiro. Este sito se desarrolló en el occidente de México paralelo a otros desarrollos regionales como Teotihuacán y Monte Albán hacia el Clásico Temprano, por lo que también es un ejemplo de los primeros asentamientos urbanos en Mesoamérica. El asentamiento cubre 132 hectáreas y se localiza entre los ríos Colima y Pereira. En el sitio se pueden observar calles y un sistema de drenaje, además de edificaciones de carácter administrativo, religioso y habitacional sobre plataformas circulares y cuadrangulares, un Juego de Pelota y un sinnúmero de petroglifos tallados en la superficie de patios y plazas. Cronología: 300 a. C. a 1500 d. C. Ubicación cronológica principal: Clásico Temprano, 100 a 600 d. C.
La zona arqueológica se encuentra a un costado de la avenida Periférico Norte, entre el Tecnológico de Colima y el Arroyo Pereira, al noroeste de la ciudad de Colima. El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público.
Cuenta con visita guiada por parte de un profesor de la SEP, con una duración aproximada de 60 min. En el acceso de la zona, cuenta con un área en la que los visitantes al término de la visita,pueden descansar en un espacio arbolado.
Para los visitantes disfruten del recorrido, se recomienda llevar ropa cómoda de preferencia de camisa de manga larga, agua embotellada, sombrero u otro tipo de accesorio para cubrir la cabeza del sol, zapato de piso cerrado ya sea tenis o botas.
La palabra Cuicuilco significa “lugar donde se hacen cantos y danzas”.
La zona arqueológica de Cuicuilco se localiza al sur de la Cuenca de México, en la actual delegación de Tlalpan. Aunque el área de visita se limita a la Gran Basamento Circular, la zona incluye el área llamada Cuicuilco B, localizada en el deportivo de la Unidad Habitacional Villa Olímpica; el montículo circular de Peña Pobre, dentro del actual Parque Ecológico y la Pirámide de Tenantongo en la parte alta del Bosque de Tlalpan. Cuicuilco se ha ubicado en la etapa Protourbana de las sociedades mesoamericanas, es decir en un momento previo a la plena urbanización de los asentamientos, fenómeno que estaría representado por el surgimiento de la ciudad de Teotihuacán al norte de la Cuenca de México. Se ha propuesto que la localización de Cuicuilco en un antiguo delta de las corrientes que descendían del bosque de Tlalpan hacia el Lago de Texcoco, era estratégica tanto por la cercanía de recursos lacustres y de bosque de encino-pino, como por ser un punto sobre la ruta hacia el Valle de Toluca. En Cuicuilco se han encontrado las representaciones más tempranas del Dios Viejo del Fuego y se han hecho investigaciones que indican que en ese lugar pudieron darse los primeros pasos en el establecimiento de un calendario basado en la observación de los movimientos el sol, principalmente en su aparente desplazamiento sobre el horizonte oriente a lo largo del año. Cronología: 2100 a. C. a 1 d. C. Ubicación cronológica principal: Preclásico Medio, 800 a.C. a 600 d. C.
Se puede llegar a este museo a través de las siguientes formas:
1.-) Por la Av. de los Insurgentes dirección Sur, pasando por debajo del Periférico a mano izquierda, frente a la Villa Olímpica.
2.-) De la estación del Metro Ciudad Universitaria, se toma transporte público que diga La Joya, Elektra, Plaza Inbursa, se baja en el puente de la estación Villa Olímpica del metrobus y se atraviesa a la banqueta oriente, posteriormente se dirige hacia Periférico.
3.-) De San Ángel se toma un transporte público que diga Carrasco, Joya, Villa Coapa por Tenorios y se baja en el lugar arriba indicado.
4.-) Por Periférico del Toreo o Tacubaya se toma transporte público a Cuemanco, Canal de Chalco, se baja en Av. Insurgentes, caminar hacia el sur y en la banqueta oriente está la entrada.
5.-) De Canal de Chalco o Cuemanco, transporte publico Toreo, Tacubaya o Barranca del Muerto se baja en Av. Insurgentes y camina hacia el sur por Insurgentes en la banqueta oriente.
6.-) La manera más fácil de arribar, es por la línea 1 del metrobus. Las estaciones cercanas a la zona arqueológica son Perisur o Villa Olímpica (quedando más cerca esta última), sin embargo, se deberá caminar a la entrada de la zona.
Museo de sitio, visitas guiadas en español previa cita, sanitarios, senderos para realizar caminatas entre la vegetación de la zona, estacionamiento, bancas para descansar. Los servicios de guías, entrada a la zona y museo son gratuitos.
Horario: Lunes a domingo de 9 a 17 horas (24 y 31 de diciembre cierra a las 15 horas, 25 de diciembre y 1 de enero no abre). El desalojo de visitantes se realiza 15 minutos antes de la hora de cierre.
A pesar de ser una parque eco-arqueológico, no se permite la entrada de mascotas, bicicletas, triciclos y patinetas. Se recomienda llevar calzado adecuado para caminata ligera, debido a las condiciones irregulares del terreno y que faciliten el acceso al Gran Basamento Circular.
El sitio recibe el nombre con el que generalmente se conoce al cerro que lo alberga: “Cerro de la Estrella”, data de la época hispánica por una hacienda que se encontraba en sus faldas con este nombre (Hacienda de la Estrella), dicha elevación (225 metros de altura) en la época prehispánica tuvo el nombre de Huixchtecatl.
Uno de los aspectos importantes de este sitio es que ahí se celebraba la ceremonia del Fuego Nuevo, de gran importancia para las sociedades del Posclásico Mesoamericano. A este lugar se le llamaba Huixachtecatl (cerro de los huizaches). Las evidencias arqueológicas indican que el lugar tuvo continuidad poblacional desde el Preclásico Medio. En diferentes puntos del cerro se pueden observar espacios ceremoniales y habitacionales de la época Clásica, además del Posclásico Temprano y Tardío. Es precisamente en el Posclásico Temprano que se asienta en la parte poniente del Cerro los Colhuas, quienes hacen la primera ceremonia del Fuego Nuevo en 1351, esta ceremonia se llevaba a cabo cada 52 años, en el día en que coincidía nuevamente el inicio de los calendarios ritual y solar, y su finalidad era evitar que el sol muriera. Cronología: 1000 a. C. a 1521 d. C. Ubicación cronológica principal: Posclásico, 900 a 1521 d. C.
Al Templo del Fuego Nuevo se accede por la Calzada Estrella muy cercana al cruce de la Calzada Ermita Iztapalapa y la Av. Javier Rojo Gómez. Por Transporte Colectivo Metro quedan cercanas las estaciones Iztapalapa y Cerro de la Estrella, correspondientes a la Línea 8.
Por su propia seguridad no llevar mochilas ni bolsos grandes, usar zapato de piso y llevar agua.
Tlatelolco es un nombre náhuatl que significa tlatelli “terraza” o se deriva de xaltiloll que se refiere a “punto arenoso” o “en el lugar del montón de arena”. Tlatelolco: Tlatel = Plataforma lol = redondo co = Lugar
La ciudad de Tlatelolco fue fundada hacia 1337, 13 años después de la fundación de México Tenochtitlán, por una parte del mismo grupo mexica. Ambas ciudades construyeron sus recintos ceremoniales, y en Tlatelolco gracias a las excavaciones arqueológicas iniciadas el 8 de abril de 1944, después de 1960 a 1968 se lograron recuperar 67 estructuras que conforman la zona arqueológica de mayor acervo inmueble expuesto en la Ciudad de México. Gracias a los 70 años de investigación arqueológica interdisciplinaria el Instituto Nacional de Antropología e Historia, actualmente exhibe en 4 museos sus acervos muebles: Sala de Interpretación del Gran Complejo Cultural de México-Tlatelolco, con sede en el inmueble de acceso a la zona arqueológica; Museo de Sitio, con sede en la Torre del Centro Cultural UNAM-Tlatelolco; Museo de la Caja de Agua del Imperial Colegio de la Santa Cruz; y Museo sala homenaje a Cuauhtémoc, donde se exhibe el mural de David Alfaro Siqueiros: "Cuauhtémoc contra el mito", justo en los restos del Tecpan del siglo XVI. Finalmente, poco antes de la llegada de los españoles, Tlatelolco es derrotado por los Tenochcas, capitaneados por AxayÁcatl, en 1473. La historia paralela de Tlatelolco y Tenochtitlán es un claro ejemplo del proceso que vivió el territorio Mesoamericano poco antes de la conquista española, caracterizado por las pugnas por el poder político entre linajes y las expansiones territoriales. Ubicación cronológica principal: Posclásico Tardío 1337 a 1521 d. C. No obstante, al mantener un origen y un Dios tutelar (Huitzilopochtli) común, Tenochcas y Tlatelolcas compartían algunas fiestas del ciclo ritual y el mercado, que gran impresión causó en los conquistadores europeos al conocerlo.
Se ubica en la esquina de las calles Ricardo Flores Magón al sur, Eje Central al poniente y al oriente por Avenida Reforma, en la Delegación Cuauhtémoc. El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público, a través de la estación Tlatelolco correspondiente a la Línea 3 del Transporte Colectivo Metro, que es la más cercana. El Trolebús de sur a norte por Eje Central hasta la Avenida Flores Magón.
El sitio se conoce como Templo Mayor, debido a que en este lugar se encuentran los restos del que fue el edificio principal de la antigua ciudad de Tenochtitlan.
El Templo Mayor fue el centro de la vida política y religiosa de la sociedad mexica. El recinto del Templo Mayor albergaba no sólo el templo doble dedicado a Tláloc y Huitzilopochtli, el cual puede ser admirado hoy en día. También estaban ahí la llamada Casa de las Águilas, el Templo de Ehécatl, el Tzompantli, el Juego de Pelota y el Calmecac, entre otras edificaciones. Una de las piezas más admiradas en esta zona es el relieve de la Diosa Coyolxauhqui, localizada al píe de la escalinata que conducía al adoratorio dedicado a Huitzilopochtli. El monolito representa a un personaje femenino desmembrado, lo que recuerda el mito mexica sobre el nacimiento de su dios titular Huitzilopochtli en el Cerro Coatepec. Según el relato el embarazo de la diosa Madre Coatlicue enfureció a su hija Coyolxauhqui y a sus cuatrocientos hijos, los Centzonhuitznahua quienes deciden matarla. En ese momento nace Huitzilopochtli, quien defendiendo a su madre decapitó a su hermana y despeñó su cuerpo desde lo alto del cerro, lo que produjo un desmembramiento. Luego persiguió a sus hermanos y los exterminó. Este y otros mitos eran recordados a través de rituales y ofrendas en cada uno de los templos del recinto sagrado, siendo una fuente importantísima para el conocimiento de la religión y cosmovisión mexicas. Cronología: De 1325 a 1521 d. C. Ubicación cronológica principal: Posclásico Tardío.
El acceso principal se encuentra en la calle de Seminario, al lado de la Plaza Manuel Gamio. Para llegar desde el sur de la Ciudad, es necesario tomar la Calzada de Tlalpan (que se convierte en Avenida 20 de Noviembre) que desemboca en el Zócalo capitalino. Se recomienda el transporte público ya que la estación Zócalo de la línea 2 (color azul) del Transporte Colectivo Metro, se localiza frente a la Catedral Metropolitana.
La Ferrería fue la población más grande e importante del Valle de Guadiana en la época Chalchihuites. Se trata del único sitio en el que se combinan elementos arquitectónicos que nos refieren a la vida ritual como pirámides, cancha de juego de pelota, estructuras circulares, complejos de estructuras cuadrangulares con patios hundidos, estructuras excavadas en la roca madre, y otras claramente habitacionales como las sencillas construcciones cuadrangulares o las terrazas y cuartos del flanco norte del cerro.
La construcción de La Ferrería se inició alrededor del año 600 de nuestra era, durante la fase Ayala (600-700 d.C.). La ocupación y remodelación del sitio continuó durante la fase Las Joyas (700-950 d.C.), ambas fases marcan el esplendor de La Ferrería. Durante las dos fases siguientes, llamadas Río Tunal (950-1150 d.C.) y Calera (1150-1300 d.C.), la actividad arquitectónica y la habitación e importancia del sitio disminuyó.
Así, La Ferrería fungió como centro ritual, y tuvo la mayor concentración de población en el Valle de Guadiana durante la época Chalchihuites, además de ser el punto de convergencia de las aldeas asentadas en el valle.
Hay andadores y escalinatas para un fácil y mejor acceso a la Zona Arqueológica La Ferrería.
Estacionamiento, maqueta 1:1 de una casa y patio hundido para llevar a cabo tareas de interpretación, así como también, hay áreas de descanso, botes de basura, señalización restrictiva e informativa.
Localmente se le conoce como “Los Toriles”, nombre del terreno sobre el que se encuentra. De igual forma, el sitio se encuentra registrado en la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos bajo el nombre “Los Toriles”.
Es única en su género por poseer uno de los pocos edificios circulares de la llamada Área Mesoamericana. Constituye uno de los puntos nodales de la llamada “tradición de las tumbas de tiro” que se desarrolló entre el 200 a.C y el 600 d.C. En dicho sentido, posiblemente evidencia uno de los principales puntos de contacto entre las Américas del norte y del sur.
Durante los llamados periodos Epiclásico y Posclásico mesoamericanos, este asentamiento urbano es eje principal de la llamada “Ruta del Cobre” que por la vía de la costa del Pacífico, comunica al hoy llamado Suroeste Americano con las regiones del Centro y sur de Mesoamérica.
La zona arqueológica Ixtlán del Río localiza sobre el kilómetro No. 815 de la Carretera Internacional México-Nogales, en el tramo Guadalajara-Tepic, a tres kilómetros de la ciudad de Ixtlán del Río. La desviación para arribar al sitio se localiza en el kilómetro 96.5 de la Autopista No. 15. Se llega al poblado de Ixtlán de Río y se cruza por la calle Justo Barajas y se sigue el camino hacia Tepic por Av. Hidalgo (Eje Oriente). Es necesario tomar la Carretera Federal No. 15 que conduce a Tepic.
Se cuenta con servicios de visita guiada a grupos, taquilla, guardarropa, sanitarios, estacionamiento, y área de descanso.
Para el servicio de visita guiada hacer previa solicitud.Se recomienda asistir con ropa que cubra cabeza y cuerpo de los rayos solares.
A finales del virreinato se construyó una rancho vinatero llamado “Boca de Potrerillos” que dio nombre a la zona arqueológica.
Boca de Potrerillos la única zona rupestre con declaratoria presidencial en el noreste de México por sus relevantes datos arqueológicos y sus miles de rocas con petroglifos que preservan la memoria de los antiguos pobladores de la entidad. El análisis de los restos materiales ha permitido reconocer que los habitantes originarios subsistieron por más de ocho mil años de la cacería, pesca y recolección, por lo que las imágenes grabadas se relacionan con el culto y respeto a la naturaleza y a fenómenos como la lluvia y el sol y los ciclos biológicos de plantas y animales, y debían elaborarse como parte de una ceremonia o ritual, bajo la tutela del chaman o especialista del grupo para formar un consenso que ningún integrante se atrevería a poner en duda. Es así que la representación de manos, pies y cuerpos humanos; astas y huellas de venado; la silueta de artefactos como el atlatl, puntas de proyectil, cuchillos y escarificadores; y la representación de plantas como el peyote, debieron realizarse durante celebraciones dedicadas a la cacería, ritos de iniciación, cambios de jefatura y otros aspectos transcendentes dentro de la cosmovisión indígena de la región.
Partiendo de la ciudad de Monterrey, se toma la carretera No. 53 rumbo a Monclova en dirección noroeste pasando por las poblaciones de “El Carmen”, “Abasolo”, “Hidalgo” y “Mina” hasta encontrar el señalamiento carretero a la zona arqueológica aproximadamente en el Km. 45.9, continuando por terracería en dirección oeste unos 3.5 km hasta el señalamiento del estacionamiento en la entrada de la zona arqueológica.
Estacionamiento, unidad de servicios con agua potable, guarda paquetes, mini-sala de conferencias, museo de sitio, cedularios, sanitarios para ambos sexos; sombreados exteriores, basureros, áreas jardinadas, senderos empedrados, puente colgante, delimitación del área abierta al público.
La zona se encuentra en el extremo noroeste de Nuevo León donde predomina el clima cálido semi-seco y la vegetación de cactáceas y matorrales espinosos, es por ello que se recomienda portar durante la visita pantalón de mezclilla, zapatos o tenis tipo bota, camisa con mangas, sombrero o gorra, bloqueador, lentes oscuros y bebidas hidratantes.
Su nombre proviene de la identificación del sitio con su principal estructura, un basamento piramidal de 30 metros de altura. A lo largo del período novohispano recibió varios nombres. Es muy probable que los habitantes otomíes y chichimecas del valle de Querétaro hacia fines del siglo XVI, hayan llamado al sitio San Francisco Anbanica (Que quiere decir “templo alto” en otomí). Hacia finales del siglo XVIII fue nombrado como “el Cerrito de Cascajo”. Por otro lado, en algunas fotografías de principios de siglo XVIII (ubicadas en la fototeca del INAH), llevan como leyenda el nombre de “el Cerrito Pelón”. En la asignación de su nombre también habrá que considerar los derrumbes en las caras del basamento piramidal, los cuales dejaron expuesto su núcleo de tierra y piedra, sobre el cual creció la vegetación, dándole por muchos años el aspecto natural de un cerrito. Actualmente recibe el nombre popular de la Pirámide del Pueblito.
Esta zona arqueológica se localiza a 7 km., de la ciudad de Querétaro. Su ocupación fue continua desde el Preclásico Superior hasta el siglo XVII. Las estructuras arquitectónicas fueron construidas en un espacio de suelos poco profundos con afloramientos rocosos, los cuales fueron aprovechados para la edificación de los basamentos y plataformas habitacionales. Las evidencias arqueológicas sugieren que el sitio captó influencias de distintas culturas a lo largo del tiempo: Chupícuaro, Teotihuacán, Toltecas, Chichimecas, Purépechas y Otomíes. Aunque ya desde el Clásico Tardío El Cerrito era un lugar que incorporaba a su territorio otros asentamientos menores, es hacia el Posclásico Temprano que El Cerrito tiene su época de mayor importancia como centro regional vinculado con la expansión Tolteca. Posterior a esta etapa, el sitio mantuvo su importancia como lugar de culto entre las etnias locales (Otomíes, Purépechas y Chichimecas). Fuentes franciscanas señalan que hacia 1632 los indígenas continuaban ofrendando a las deidades prehispánicas en los altares del sitio. Cronología: 300 a. C. a siglo XVII. Ubicación cronológica principal: Posclásico, 900 a 1200 d. C.
La zona arqueológica de El cerrito se localiza a 7 kilómetros al suroeste del centro histórico de la ciudad de Querétaro, se accede por el Boulevard constituyentes (antes carretera libre a Celaya), doblando a la derecha en el puente de Tejeda, continuando por la calle Hidalgo dando vuelta a la derecha está la puerta principal.
El día lunes permanece cerrado, de Martes a Viernes de 09:00 a 14:30 horas, Sábado y Domingo es de 09:00 a 16:30 horas.
Los servicios con los que cuenta esta zona son: 2 guías que dan la visita, se cuanta con senderos interpretativos, señalética interna, contenedores, estacionamiento para 20 vehículos, area de descanso, sala de interpretación y servicio de sanitarios.
Para visitar la zona se requiere ropa ligera de preferencia camisa o playera de manga larga, sombrero o gorra y tenis o calzado suave, el clima es templado.
El poblado cerca del cual se asienta la zona arqueológica, cuya fundación data de 1622, fue denominado San Nicolás Tolentino en el Paraje de las Ranas, razón por la que el sitio recibió el nombre de “Ranas” asignado por Bartolomé Ballesteros en 1872.
Esta zona arqueológica es de suma importancia y se encuentra enclavada al suroeste de la sierra gorda sitio donde hubo un desarrollo cultural durante la época prehispánica, Ranas fue construido de manera estratégica que le permitía controlar los accesos. Es un sitio asociado a la explotación de la riqueza minera de mayor envergadura de la Sierra Gorda: el cinabrio, que jugó un papel relevante por ser un pigmento de gran demanda entre los pueblos mesoamericanos. Probablemente corresponde a una etapa teotihuacano-tolteca (entre los siglos VII y XI), y posiblemente como una extensión cultural del altiplano hacia la planicie costera de Veracruz. La economía de los pueblos que habitaron la Sierra Gorda se basó en una estrategia mixta, donde la minería, la caza-recolección y la agricultura de temporal eran componentes de la unidad productiva. La economía minera es un caso especial en Mesoamérica y en Ranas se evidencia por la distribución y cantidad de obras mineras en la región. Solo en el sitio arqueológico se concentran unas 14 bocaminas prehispánicas. Su cronología abarca desde el Preclásico Medio al Posclásico Tardío, del 400 al 1300 d. C.
Balvanera núm. 2, Zona Centro, C.P. 76000, Querétaro, Querétaro, México.
Para acceder al sitio de Ranas es necesario trasladarse al poblado de San Joaquín, en el Municipio del mismo nombre. Desde el Distrito Federal se toma la Autopista México-Querétaro (No. 57), hasta la ciudad de San Juan del Río, donde se toma la desviación hacia Tequisquiapan, Cadereyta (Carretera Federal No. 120) y pasando el poblado de Vizarrón de Montes a 7 kilómetros al norte se encuentra la desviación pavimentada de 32 kilómetros, hacia San Joaquín. La zona arqueológica se encuentra a 3 kilómetros más al norte de este último punto, donde existen camionetas de servicio público, o si se prefiere caminar.
En Ranas se dispone de los siguientes servicios para la visita pública: estacionamiento provisional, sanitarios, dos cédulas informativas, cinco explicativas y cuatro restrictivas. Finalmente, hay una miniguía de la zona arqueológica de Velasco Mireles, Margarita. INAH - CNCA, 1991. Reediciones en 1994 y 1997. HERRERA, Alberto. INAH-CNCA, 2000 y Herrera, Alberto, INAH-CNCA,(en prensa), la cual los visitantes al sitio podrán consultar.
Normalmente hace frio por lo cual se recomienda ir abrigado, con ropa cómoda, tenis o zapato de media bota ligeras y agua para hidratarse.
Tancama proviene de la lengua huasteca que significa “Cerro de Fuego”o lugar de pedernal.
Asentamiento prehispánico con un periodo de ocupación que probablemente abarca la mayor parte del periodo Clásico. El sitio está enclavado en la Sierra Gorda de Querétaro por lo que la forma natural del terreno debió ser adaptada por los habitantes para levantar terrazas y plataformas sobre las cuales se construyeron varios conjuntos arquitectónicos. Actualmente, en el lugar se pueden apreciar unas 42 estructuras de diferentes tamaños y formas, destacando las de tipo circular y semicircular. Incluso cuenta con un juego de pelota del 18 metros de largo, unos de los más pequeños localizados en México. La arquitectura general del sitio presenta rasgos similares a los de Ranas y Toluquilla, con edificios hechos a base de lajas de piedra y grandes taludes que se integran en tres grandes plazas denominadas El Mirador, Santiago y de La Promesa. Cronología: 200 a 900 d. C. Ubicación cronológica principal: Clásico Tardío, 700 al 900 d. C. El recorrido por esta zona abarca dos de las plazas denominadas mirador y Santiago, en las que están distribuidos edificios como el de las mariposas de cobre el más alto del lugar, el de los muertos, el patojo, el de los anzuelos y el del cuchillo de obsidiana, el nombre de cada edificio obedece a las excavaciones en los mismos o bien a características arquitectónicos específicas.
Aproximadamente a 13 kilómetros de la Cabecera Municipal y Delegación Municipal Rincón de Tancama; para llegar se debe tomar la carretera federal que va de Jalpan hacia Landa de Matamoros, desviándose en carrera de Tancama. El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público.
La zona cuenta con una unidad de servicios, area de descanso y sanitarios, así como rampas de acceso y señalización propia del lugar.
Llevar agua para hidratarse, ropa cómoda, repelente para moscos, sombrero o gorra, en tiempos de lluvia solo se puede pasar con camioneta pick up debido a que se descompone el camino.
Toluquilla es un vocablo híbrido, que proviene de la raíz náhuatl tolloa que describe la acción de jorobarse y la partícula castellana illa, lo que tendría un significado equivalente a “Cerro Jorobado” o “Jorobadillo”.
El sitio se halla enclavado sobre una meseta alargada que fue modelada con rellenos de piedra y lodo; en está, además, hay excavaciones que forman superficies planas a diferentes niveles, sobre las cuales la ciudad fue erigida siguiendo el eje del cerro, es decir, de norte a sur. La traza de Toluquilla consta de tres ejes de circulación y cuatro juegos de pelota. Las edificaciones eran levantadas sobre otras más antiguas, para con ello lograr mayor altura y longitud. Sus arquitectos usaron grandes cajones de roca rustica para soportar el peso del edificio y, sobre estos, alzaron muros angostos hechos de laja bien talladas, que luego recubrieron con finas capas de estuco, posiblemente decoradas; el paso del tiempo ha dejado las piedras desnudas en la mayoría de los casos; sin embargo, todavía hay monumentos con restos de estuco. La localidad vivió dos grandes épocas: la primera, y menos conocida, del 300 a.c. al 500/600 d.c La segunda, que deja como legado el mayor número de edificios, del 600 al 1350 después de Cristo. En Toluquilla vivían los sacerdotes y personas relacionadas con el culto; el resto de la población lo hacía en los caseríos de los alrededores. Su organización social fue jerárquica y se especializo en la obtención de pigmentos minerales, como el cinabrio o granate (sulfuro rojo mercurio) el almagre (oxido de hierro).
Toluquilla se localiza a unos 110 kilómetros al noroeste de San Juan del rio, Querétaro, su acceso es por la carretera 120 hasta llegar al poblado de vizarrón, mas a delante a unos 7 kilómetros esta la desviación a San Joaquín que lega a otra desviación que se llama cuarto de la maquinas o la virgencita, se toma a la derecha y a unos 11 kilómetros se encuentra un camino que conduce a esta zona o si prefieren llegar hasta San Joaquín donde hay camionetas de servicio público que llevan hasta la zona como viaje especial.
Una pequeña area de estacionamiento y servicio de sanitarios
No entran autobuses se tienen que quedar a un lado de la carretera y de allí caminar
Llevar ropa cómoda, tenis e ir abrigado ya que el lugar es frio y húmedo, agua para hidratarse.
El Consuelo.
Ciudad prehispánica localizada en la ribera derecha del Río Tampaón, que es parte del sistema hidráulico del Río Pánuco, tiene una extensión aproximada de 210 has y posee una intrincada traza urbana. A pesar de haber tenido un breve desarrollo, pues fue construida apenas unos 2 o 3 siglos antes de la llegada de los españoles y abandonada en el siglo XVI, Tamohí fue uno de los centros huastecos más importantes en el último periodo de la época prehispánica. La distribución de este centro urbano estaba en función de grandes plataformas multifuncionales muy elevadas, pues las periódicas inundaciones limitaron los lugares en los que se podía construir. Por hallarse a la orilla del río, el comercio fluvial adquirió una enorme trascendencia; la ciudad contaba con varios atracaderos y, así, desde el río, los mercaderes, los visitantes y los mismos pobladores ascendían por medio de rampas y bancales a espacios sucesivamente más restringidos. Walter Staub en 1919 hace mención de que la famosa escultura conocida como el Adolescente fue localizada en el rancho El Consuelo.
A la zona arqueológica Tamohí se accede por la Carretera Federal No. 170 (Barra de Navidad-Tampico), tomando posteriormente la desviación hacia el poblado de Tamuín. Sobre la Carretera Federal No. 70 (Tamuín-Xolol) se transcurren 5.75 km., hasta encontrar el camino de acceso a la zona arqueológica. Desde Ciudad Valles es necesario trasladarse por la Carretera Federal No. 70 hacia el poblado El Consuelo; al llegar a dicho poblado dirigirse hacia el Río Tampaón, el cual se ubica a 1 kilómetro hacia el oeste, y continuar el camino que corre paralelo a dicho río, por espacio de dos kilómetros más. Para arribar al sitio es necesario tomar la carretera que parte de Tamuín hacia San Vicente, en donde después de haber recorrido seis kilómetros se encontrará la vereda que conduce a la zona.
Aunque es un sitio que se conoce desde la década de los 40´s., es hasta 1993 que se menciona con el nombre oficial de Tamtoc. El registro lo realiza el arqueólogo Patricio Dávila Cabrera el 10 de agosto de 1995 con información recuperada por bibliografía, fotointerpretación e informantes.
Tamtoc es un asentamiento de la Huasteca que reúne cerca de 70 estructuras caracterizadas por su planta circular o con esquinas redondeadas. Destaca una plaza central rodeada de edificios como El Cubilete y El Tantoque, de 36 y 21 metros de altura respectivamente. El urbanismo del asentamiento, el uso de calendario y la arquitectura destacan el carácter mesoamericano de la sociedad que construyó el lugar. Los Huastecos son el único grupo hablante de una lengua de filiación Maya que no habitó en esa región. Los especialistas afirman que esta lengua se separó de su tronco original hacia el 900 a. C., mientras que arqueológicamente las primeras aldeas Huastecas se han fechado para el periodo 1500 a 600 a. C. Cronología: 300 a 1100 d. C. Ubicación cronológica principal: Posclásico Tardío, 900 a 1100 d. C.
Se puede arribar desde Ciudad Valles, San Luis Potosí, por la carretera a Tampico, Tamaulipas, de este puerto dista apenas 100 km., pues está situada a unos 10 km., al suroeste de la cabecera del municipio de Tamuín, S. L. P. El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público.
El nombre de la zona deriva de la cantidad de petrograbados que existen entre la superficie de la arena y parte del mar, se localizan un grupo de rocas con manifestación rupestre distribuidas en una franja costera. Es uno de los sitios de grabados más importantes del noroeste de México.
Las Labradas fue declarada como Zona de Monumentos Arqueológicos el 30 de Noviembre del 2012 en donde existen más de 600 grabados rupestres elaborados sobre rocas de origen volcánico, con representaciones antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas y figuras geométricas como: círculos concéntricos, espirales, cruces, entre otras. Asociados con estos afloramientos se localizan grandes cantidades de cantos rodados; al parecer son los vestigios de un antiguo río que desembocaba en este mismo lugar.
Algunos de estos grabados rupestres fueron realizados entre los años 750 al 1250 D. C. (Periodo Aztatlán); aunque con las ultimas investigaciones, es posible que algunos grabados hayan sido realizados para la época arcaica (3000 A. C.).
Los domingos la entrada es gratuita y los niños, estudiantes, personas de edad avanzada y de discapacidades múltiples no pagan boleto de acceso.
El acceso al sitio se realiza por la autopista Mazatlán-Culiacán, en el km. 51, se toma la desviación hacia el poblado La Chicayota (3 km). En donde existe un camino de terracería que llega directamente a la Zona Arqueológica de grabados rupestres “Las Labradas”. El trayecto del pueblo a la Zona de Monumentos es de 2.5 kilómetros.
La Zona cuenta con área de estacionamiento, Centro de Visitantes, una área interpretativa: sala museográfica en dónde hay piezas arqueológicas localizadas en la zona, taquilla, visitas guiadas, vigilancia, baños, acceso a la playa y regaderas.
No pisar rocas con petrograbados, evitar tocarlas, rasparlas y rayarlas, cuidar el patrimonio cultural, no pisar piedras mojadas debido a que son muy resbalosas, caminar con cuidado para evitar accidentes.
A la llegada del Padre FranciscoKino al valle del Magdalena, acompañado del capitán Mateo Manje,vieron las terrazas del Cerro de Trincheras, y bajo el concepto militar, el acompañante de Kino, mencionó que se trataban de trincheras de uso bélico. Desde aquel momento se le conoce como Cerro de Trincheras.
Cerro de Trincheras es el sitio más impactante en Sonora, desde el punto de vista de su monumentalidad. Fue un área cultural de Oasisamérica, la cual abarcaba parte del suroeste de Estados Unidos y del norte de México, era habitada, al igual que Mesoamérica por grupos sedentarios agrícolas que llegaron a poseer manifestaciones culturales complejas.
Se caracteriza por ser un cerro modificado con más de 900 terrazas, con dimensiones que van de los 10 a los 15 metros, pero que pueden alcanzar los 150 metros de largo. Los muros de las terrazas y de las diferentes construcciones carecen de argamasa o cementante, es decir, las rocas se colocan una sobre otra haciendo uso exclusivo de la gravedad, y llegan a tener hasta tres metros de alto.
El Cerro de Trincheras cuenta con tres estructuras sobresalientes, la primera se ubica cercana a la basa del cerro, es La Cancha, Este espacio es un área comunal. La segunda estructura El Mirador, que con la evidencia arqueológica se ha podido determinar que esta área fue ocupada por un grupo de élite, pues de encontraron ornamentos especiales de uso no común.
Desde la Ciudad de Hermosillo, capital del estado de Sonora, se toma la Carretera Federal No. 15 hacia el norte, en dirección Nogales. En la localidad de Santa Ana se toma la desviación al oeste hacia Caborca por la carretera 2; hasta la caseta que se encuentra en el kilómetro 40 (Santa Ana-Caborca) pasando 3.5 kilómetros se encuentra señalada hacia el suroeste, la población de Trincheras que se localiza a 22 kilómetros de esta desviación. En Trincheras se sigue por la calle de entrada (Boulevard Joaquín Murrieta), en línea recta hasta el predio donde se encuentra el Centro de Visitantes de la zona arqueológica, cuyo domicilio es Boulevard Joaquín Murrieta y Calle Sonora.
Recorrido Introductorio, donde el visitante tendrá un acercamiento al desarrollo de la cultura de los primeros pobladores de la región, hasta la Tradición Arqueológica Trincheras, su forma de vida, desarrollo cultural, además de la relación con poblaciones como al cultura Casas Grandes o la Costa Central. Cuanta con sala de exposiciones temporales. Recorrido con por el sitio arqueológico a través de un sendero con puntos de interés, áreas de descanso. Guía a grupos, previa cita. Talleres infantiles con diferentes actividades donde se inculca y fomenta el cuidado por el Patrimonio cultural. Todos los servicios son gratuitos incluyendo la entrada a la zona arqueológica.
Asistir con sombrero o gorra, bloqueador solar y calzado y ropa cómoda. Llevar agua. Distancia del recorrido aproximadamente 2 kilómetros (ida y vuelta).