Tlatelolco era un pequeño islote de arena cuando los mexicas llegaron, ahí hicieron su primer asentamiento y construyeron su templo mayor; también en este lugar se encontraba uno de los mercados más grandes del continente a la llegada de los españoles. Durante la colonia, como pueblo de indios, albergó el convento de la Santa Cruz donde importantes sabios indígenas se educaron y escribieron numerosas obras. Ya en el siglo XX Tlatelolco se convertiría en lo que se consideraba el futuro del país.