Atardecer en Comalcalco, el lugar del cielo enrollado
Enclavada en la selva del estado de Tabasco, la zona arqueológica de Comalcalco se yergue como testigo de lo que, durante el periodo Clásico (250 al 1000 d. C.), fue una floreciente ciudad maya que, por su ubicación, sirvió como puerto comercial, pues era un punto de tránsito en la ruta que iba de Guatemala al Golfo de México.
Aunque ahora la conocemos por su topónimo náhuatl, el nombre maya de esta urbe fue Joy’ Chan, que se puede traducir como “cielo enrollado”. Las investigaciones arqueológicas han demostrado que los mayas de la región controlaron los yacimientos de arcilla, material con el que elaboraron una gran diversidad de objetos entre ellos vasijas, figurillas y, sobre todo, ladrillos, elemento constructivo característico de esta ciudad, pues su arquitectura de tierra estaba revestida de ladrillos y estuco.
También fue una región que aprovechó su geografía y recursos naturales, lo que le permitió desarrollar una agricultura basada en el maíz, frijol y principalmente cacao. Gracias a esto, tuvo un intercambio comercial, tanto con ciudades cercanas como Palenque, como otras más lejanas situadas en la franja costera del Golfo.
