El papel de la mujer en el Istmo de Tehuantepec
En la sala Identidades, historias y resistencias del Museo Nacional de Antropología se encuentra el mural Los pobladores de las siete regiones de Oaxaca, realizado por Arturo García Bustos. El artista, discípulo de Frida Kahlo e integrante de la generación posterior al gran muralismo mexicano, retrató aquí la riqueza cultural de Oaxaca, tradicionalmente dividida en siete regiones: mixe, sierra, costa, valles, mixteca, cañada e istmo.
En este detalle de la obra, se observa el mercado del Istmo de Tehuantepec, región donde la presencia femenina es protagonista. A diferencia de la mayoría de sociedades, en esta zona las mujeres no ocupan un lugar subordinado, al contrario, son figuras centrales en la economía, la vida social y la toma de decisiones comunitarias. En registros del siglo XIX ya se les reconocía como población económicamente activa, pues participaban en actividades productivas y comerciales fuera del hogar; algo poco común para la época.
Su papel visible y firme en la esfera pública contribuyó a moldear una cultura en la que las mujeres son consideradas jefas de hogar, administradoras y portadoras de prestigio. Esa fortaleza histórica se refleja en el mural, pues, aunque la actividad comercial no es exclusiva de las mujeres, sí representan la mayoría: ellas negocian, intercambian, conversan y sostienen el tejido social del mercado.
A través de esta escena, García Bustos no sólo documentó un paisaje cotidiano, sino una forma de organización única en México, donde la vida comunitaria del Istmo de Tehuantepec se sostiene, en gran medida, sobre el liderazgo femenino.