Exconvento de Culhuacán: arquitectura y espiritualidad de una comunidad
En el pueblo de Culhuacán, al pie del cerro de la Estrella —lugar sagrado desde la época prehispánica, pues ahí se realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo— se encuentra el antiguo convento de San Juan Evangelista. Este conjunto arquitectónico fue erigido entre 1552 y 1554 por frailes agustinos, quienes aprovecharon la piedra volcánica de la región para construir un edificio sólido, capaz de resistir el paso de los siglos.
Su claustro bajo y alto, sus sobrias paredes con pintura mural y sus corredores dan cuenta de una historia en la que se entrelazan la evangelización, y la adaptación de tradiciones indígenas y europeas. La iglesia que hoy acompaña al convento no forma parte del proyecto original. La primera estructura religiosa relacionada con el conjunto se perdió tras un incendio, por lo que a finales del siglo XIX se levantó un nuevo templo, para el que se reutilizaron materiales del edificio del siglo XVI.
Esta iglesia comparte el ángulo noroeste de los corredores del claustro alto, por lo que, pese a no ser parte, comparte un vínculo espacial con el antiguo recinto conventual y ambos son piedras angulares de la vida espiritual y comunitaria del pueblo de Culhuacán.
