Figurillas: delicadeza y simbolismo en el arte maya
Entre las expresiones más finas de la cerámica maya destacan las figurillas, pues están modeladas con sorprendente detalle: rostros individualizados, posturas dinámicas, tocados elaborados y, en algunos casos, rasgos corporales como la deformación craneal intencional, práctica común entre las élites de varias ciudades del área maya.
Estas obras, producidas entre el Clásico Tardío y el Posclásico Temprano, acompañaron entierros, formaron parte de ceremonias y representaron escenas cotidianas, rituales o míticas. Algunas eran silbatos, sonajas o flautas; otras, representaciones de guerreros, mujeres nobles, animales o seres sobrenaturales.
La pieza que aparece en la fotografía muestra a un personaje masculino en posición sedente y contemplativa, con una clara modificación del cráneo y porta, además, un gran tocado parecido a los que se usaban en Palenque, por lo que se ha propuesto a esta ciudad lacandona como el lugar de su procedencia. Su manufactura revela un alto dominio técnico: modelado preciso, aditamentos aplicados en pastillaje y un diseño que remite a los personajes que circulaban entre la vida ritual, la nobleza y el imaginario simbólico.
